Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales más importantes, polémicos y populares en lengua alemana. Sus obras suelen gravitar en torno a las dificultades en la comunicación humana, la soledad o sus consecuencias, con un estilo original que no renuncia nunca al compromiso con la literatura. Publicada en 1989 e im
Main � de la traducción: Eustaquio Barjau Riu � De esta edición: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2013 Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15 28027 Madrid alianzaeditorial@anaya.es ISBN ebook: 978-84-206-7644-9 Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro electrónico, su transmisión, su descarga, su descompilación, su tratamiento informático, su almacenamiento o introducción en cualquier sistema de repositorio y recuperación, en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea
de mujer o de hombre, con este modo de andar, metido en la sangre, propio de las mujeres, con estas incorregibles posturas de los hombres. O bien la violencia ocurría de un modo oculto, matando una mosca, como de paso, deshojando una flor, como si uno no se diera cuenta. Ocurría también que uno se hacía daño a sí mismo, una mordiéndose las yemas de los dedos, el otro tocando una llama; él dándose un puñetazo en la cara, ella, como un niño pequeño –sólo que sin las capas protectoras de éstos–,
del mundo del invierno en este caso, del aire de la nieve, del vacío de los hombres, como si estuviera haciendo uno de aquellos viajes en trineo que se hacen por la noche, bajo las estrellas, cuando los otros niños han ido desapareciendo poco a poco en las casas, y que llevan mucho más allá del límite del pueblo, estaba solo, entusiasmado: completamente ahí, en el silencio, en el murmullo, en el azul del camino que se helaba –«apetece», se decía de este agradable frío. Pero ahora, allí, en la
los parientes me recordarían algunas cosas, pero nunca estos cansancios... �Ocurrió algo parecido con los cansancios de mi época de estudiante? No. Ningún sentimiento de culpa ya. Al contrario, con las horas el cansancio de las aulas llegaba a convertirme incluso en un ser rebelde y ansioso. Por regla general, no era tanto el aire enrarecido y el apiñamiento forzado de cientos de estudiantes como la falta de interés que los que daban las clases mostraban por la materia, una materia que en
dice a un Cary Grant muy cansado y que se mantiene todavía a una cierta distancia: �Bueno, déjelo... un hombre cansado y una mujer borracha hacen una buena pareja»: �un hombre cansado y una mujer cansada hacen la más hermosa de las parejas». O el �contigo» se muestra como una sola palabra, como en el español de aquí el �contigo»...3. O, en la forma española, tal vez en lugar de: �Estoy cansado de ti, te estoy cansado». A Don Juan, después de estas extrañas experiencias, no me lo imagino como un